Subir o bajar de la montaña constituye la realización de actos trascendentes, que dejan huella -perceptibles en mayor o menor grado- en el alma de los humanos, influyendo en el ánimo y por ello en el comportamiento. Llegar a las montañas es verdaderamente el gran hallazgo que nace del eterno anhelar del espíritu. Elevarnos en esos escenarios de piedra, agua, hielo y luz, sobre todo luz, es caminar hacia la liberación, el gran sentimiento de la cima. En la ascensión, travesía o escalada a las cimas, es donde verdaderamente podemos "probarnos" a nosotros mismos sin engañarnos con "experiencias prestadas". Nietzsche situó a Zaratustra en las montañas alpinas, Buda nació en el Himalaya, Sinaí fué en sus escarpaduras escenario de Dios y de Moises, el Arca de Noé zozobró en el monte Ararat... Todas las montañas de la Tierra son mágicas y constituyen un bosque inmenso de símbolos.

César Pérez de Tudela

domingo, 16 de octubre de 2011

Peña Cebollera Vieja o Tres Provincias

Aprovechando el tiempo impropio de la época del año en que estamos (es 13 de octubre) iniciamos nuestra ascensión de hoy. Nos proponemos subir a la Peña Cebollera Vieja, o Peña de las Tres Provincias, que constituye el punto más septentrional de la Comunidad de Madrid y con sus 2.129 metros de altitud separa (o une) a las provincias de Segovia, Madrid y Guadalajara.

Mapa con la ruta realizada (© IGN)

Dejamos el coche aparcado junto a la gasolinera que hay en el puerto de Somosierra (1.445 metros sobre el nivel del mar) y tomamos en dirección Norte la calzada de la antigua Carretera Nacional I, hoy convertida en una carretera prácticamente abandonada.

Comenzamos a caminar por la antigua Nacional I

Cuando llevamos aproximadamente 1 kilometro de suave descenso aparece un camino a nuestra derecha que tomaremos para, unos metros después, franquear una puerta para el ganado.

El camino que sale de la carretera
El paso de ganado, con la Peña del Chorro al fondo


Avanzamos un poco y vadeamos el Arroyo de las Pedrizas y enseguida alcanzamos el Arroyo de la Peña del Chorro (400 metros desde que dejamos la carretera). Estos dos cauces se unen unos metros más abajo para formar el Río Duratón.
Antes de vadear el segundo arroyo, nos desviamos de nuestra ruta por un estrecho y algo complicado sendero para poder disfrutar del espectáculo de la cercana Cascada del Chorro. A pesar de la poca agua que cae en esta época del año, merece la pena contemplar como cae desde las peñas.

El Chorro

Regresamos al camino, ahora si cruzamos el arroyo, y comenzamos la ascensión.

Después de un brusco zig-zag aparece la primera rampa, que es mortífera y nos hace resoplar. Ganamos altura hasta una segunda "zeta" del camino tras la cual viene una segunda rampa un poquito más suave que la anterior. Hemos recorrido unos 1.400 metros desde que vadeamos el arroyo hace 20 minutos. En este punto aparece un claro y empinado camino a nuestra derecha que nos conduce, después de un tercer zig-zag, hasta el pinar que hay más arriba.

Ascendemos hacia el pinar

A partir de aquí el camino discurre por un ancho cortafuegos por el que continuamos unos 400 metros hasta llegar a una pista. Aquí giramos a la izquierda y apenas a veinte metros abandonamos la pista y tomamos el camino que aparece a nuestra derecha.

Por el cortafuegos

Continuamos ascendiendo por el cortafuegos que atraviesa el pinar y a 600 metros de la pista llegamos hasta un murete de piedra con una alambrada donde el camino gira 90 grados a la derecha. Esta pequeña valla constituye el límite entre Madrid y Segovia, y tendremos que seguirla hasta llegar a la cumbre de la Peña Cebollera Vieja. Desde aquí la vista de la meseta castellana es espectacular.

La meseta castellana
El camino que falta hasta la cumbre es evidente. Nos quedan 2,6 km de camino ascendente con una rampa final bastante dura.


La Peña Cebollera Vieja, al fondo
Poco a poco van desapareciendo los pinos. Estamos a unos 1.900 metros de altitud, en las Peñas del Reajo del Oso. El cortafuegos se cruza con un camino que, si seguimos a la derecha, nos llevaría hasta la cumbre haciendo un larguísimo zig-zag. Nosotros optamos por la ascensión directa.

Rampa final
La cuesta tiene unos 900 metros de longitud y a mitad del recorrido la pista queda interrumpida por unas rocas que sorteamos por la derecha.

Rocas que interrumpen la pista
La pista de ascenso, desde arriba
Un último esfuerzo y alcanzamos nuestro objetivo. Las vistas desde aquí son impresionantes: toda la meseta castellana, la Sierra de Ayllón, con los 2.273 metros de Pico del Lobo, hacia el sur la Sierra Pobre y al suroeste la Sierra de Guadarrama, con Peñalara y La Cuerda Larga recortándose en el horizonte.

En la cumbre, con la Sierra de Ayllón al fondo
Para llegar hasta aquí hemos recorrido aproximadamente 7 kilómetros, empleando unas dos horas y media. Nos tomamos un merecido descanso y el consabido avituallamiento. Tres cuartos de hora después iniciamos la marcha, pero antes un último vistazo al paisaje.

Mirando con los prismáticos
También me paro a contemplar un monolito con una placa en homenaje al cuerpo de Guardas Forestales.

Monolito en memoria de los Guardas Forestales
Antes de iniciar el descenso propiamente dicho nos queda realizar una travesia de unos cuatro kilómetros por la cuerda de la Sierra Cebollera, siempre por encima de los 2.000 metros de altitud. Pasamos por la Peña de los Abantos (2.124 m.), el Cerro del Recuenco (2.083 m.), Cabeza del Tempraniego (2.069 m.), Reajos Llanos (2.022 m.) y, finalmente, Cuchar Quemado (2.045 m.).

Buscando el Pico Ocejón desde Cabeza del Tempraniego 


Al final del camino, Cuchar Quemado
En la cumbre de Cuchar Quemado. A la izquierda, al fondo, se distinguen la Cuerda Larga y Peñalara
Hemos empleado una hora desde que salimos de Peña Cebollera y ahora es cuando realmente iniciamos el descenso. Primero bajamos a media ladera, sin sendero definido, hasta una ancha terraza situada en la parte superior de una ladera repoblada de pinos, al norte de Cuchar Quemado. Desde el centro de esta terraza parte un sendero que baja vertiginosamente hacia una ancha pista que hay más abajo. En 600 metros de recorrido descendemos 200 metros.

Llegando a la pista
Tomamos la pista hacia la izquierda durante 1,1 km hasta un camino que sale a nuestra derecha. Descendemos por el haciendo un par de zig-zags que nos conducen hasta un pinar. De nuevo tomamos un camino parcialmente pavimentado de hormigón que sale a nuestra derecha para salir del pinar descendiendo por una pronunciada cuesta. Avanzando un poco más podemos ver la Peña del Chorro, abajo a nuestra derecha.

La Peña del Chorro

A partir de aquí  el camino discurre entre muros de piedra, descendiendo suavemente hasta el Puerto de Somosierra. Por el camino encontramos numerosas vacas y también caballos.

Vacas llegando a Somosierra
Hemos empleado un total de 5:45 horas (incluyendo paradas) para realizar este recorrido de 16 km. con el que inauguramos la temporada 2011-2012 de Mal de las Alturas.

¡Hasta la proxima excursión!